LA JOVEN PREÑADA

 

Carmela, una niña guapa,

de unas familias muy ricas,

el novio la abandonó

al saber que estaba encinta.

 

Los padres, que se enteraron

de la manera que estaba,

le dan palizas de muerte

y la arrojan de su casa.

 

Carmela, que ha decidido

irse en casa sus padrinos,

a la cual la recibieron

como si fuese un hijo.

 

A los nueve meses justos,

Carmela tuvo un varón;

ella sólita lo cuida

con la voluntad de Dios.

 

Carmela, que ha decidido

escribir la carta al novio,

a ver si podía ser

construir el matrimonio.

 

— Toma, Rogelio, esta carta

que Carmela me la ha dado

y dice que a ti te espera

recostadita en un árbol.

 

Llega Rogelio a la cita,

coge al niño de la mano:

— ¡Qué lástima criatura,

que sea tan desgraciado!

 

— No digas eso, Rogelio,

no maldigas a tu hijo:

¿te acuerdas del juramento

que hiciste tú conmigo?

 

— El juramento que hice

todo te lo hice en vano.

Ahí te quedas con tu hijo,

que yo me lavo las manos.

 

Ha subido a un camarote,

ha dejao una carta escrita.

— Y eso me ha pasado a mí

por no estar en mi casita.

 

Y ha subido a un camarote,

ha puesto un pie en la ventana

y se ha arrojado al mar

con su hijito del alma.

 

 

 

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